La última península
Y cuando todo se esfume,
ahí estaremos tú y yo,
friendo pescado
y
sirviendo guarnición.
Inclinados,
rebanando
lo que dice un señor elegante
en el noticiario del odio.
Las últimas oportunidades,
fabricadas por el tiempo
que ha dejado de existir;
desde la ventana,
de esa cocina
que siempre fue nuestro mirador.
Entonces, hará un día termonuclear.
Las precipitaciones serán
de absolutamente todo.
Las cabezas decapitadas
de los des-miembros del Consejo
por fin
dimitirán.
Miles de artefactos voladores desvanecerán el horizonte
y todos los murciélagos
huirán de la cornisa.
Tú y yo
también huiremos
a la última península;
al último hervor.
(No te preocupes,
el pequeño cara de zorro
nos alcanzará corriendo).
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