A Di o Feliz cumpleaños

Los circuitos del mundo se calientan
y arden las calles electrónicas
por nuestro transitar.

Abrimos brecha.
Tejemos.
Una red que nos atrapa (para seguir tejiéndola)
con las manos de Escher.

Nunca te he visto afuera,
pero te quiero tanto
como si nos hubiéramos visto en una explanada
y sobre ella;
sobre sus adoquines rojos, también calientes,
nos hubiéramos gustado.

Nacimos un seis de mayo,
bajo la sombra de un toro.

Y en un intersticio de esa red,
con los botones de Zuckerberg,
nos encontramos.

Antes de que nos tapen todo el pasto.
Antes de que desequen todos los mantos freáticos.
Antes de que nuestra carne sea obsoleta,

celebremos.

El porvenir (orgullosamente).
La coincidencia (alegremente).

Y comamos nuestro merengue
sobre lo que queda en pie en este país
(de rebanadas repartidas).

Las aerovías del planeta aguardarán
y una banqueta prolongará sus grietas,
hasta que recibas este abrazo, mi querida Diana.

Feliz cumpleaños.


















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