Viaje al Centro

Enjambres, mazmorras y reductos;
murallas que se erigen en parajes.
Multitudes, aquí y allá, 
devorándose.
 
Periferias. 
Elipses infestadas.

El núcleo, saturado, 
no se expande.
Pesa más que todo alrededor,
se hunde en sí mismo, 
se embebe y se vomita. 

Expulsa a quinientos, 
a cinco mil, a medio millón. 

Brotan vialidades. 
Setecientos brazos de extensiones kilométricas.
Segundos y terceros niveles. 

Diálisis y cuello de botella. 
Manguera, nodo y horca. 

Tres horas,
dos días. 
Un desierto. 

Viaje al centro, 
por favor.







Comentarios

M. Samsa ha dicho que…
No se tú, pero creo que a mi me afecta el síndrome de Estocolmo...amo esta ciudad a pesar de el caos en el que nada...y sinceramente no me imagino viviendo fuera por mucho tiempo, no aguanto...está tan llena de sincretismo y ambigüedades, es mi más lindo captor...

Un día más, música y canto
risas y llantos
en mi ciudad que somos tantos:
diablos y santos

Toda una vida gira
cuando mi alma respira
Un día más en esta URBE que me inspira
Ernesto Periferia ha dicho que…
Fémina, estoy de acuerdo contigo. Esta ciudad es como una puta hermosa; que se muestra bella ocultando sus miserias y despojos, y que tiene una fe y una vitalidad infinitas, aún cuando sabe que todo está perdido.